La tragedia del Congo
Roger Casement
Cuando en 1876, Leopoldo II de Bélgica creó la Asociación Internacional Africana y financió luego la expedición de Stanley al río Congo (1879-1884), se estaban poniendo las bases para una de las mayores tragedias de la humanidad.
Cuando en 1876, Leopoldo II de Bélgica creó la Asociación Internacional Africana y financió luego la expedición de Stanley al río Congo (1879-1884), se estaban poniendo las bases para una de las mayores tragedias de la humanidad. Al principio, tanto Europa como los Estados Unidos apoyaron lo que creyeron que era una misión humanitaria y civilizadora. Pero en realidad se estaba permitiendo que uno de los peores monstruos de la historia, diese rienda suelta a sus ansias de riqueza sin que nadie supiera lo que estaba de verdad ocurriendo en “el corazón de las tinieblas”: el exterminio cruel de los habitantes de la región. Sólo cuando comenzaron a surgir textos de denuncia, la opinión pública empezó a ser consciente de la realidad. Ediciones del Viento presenta en este volumen, traducidos por primera vez al español, cuatro durísimos documentos fundamentales para que el lector comprenda, de primera mano, la magnitud de la tragedia del Congo.
Roger Casement nació en la Irlanda todavía británica en 1864. Tras la muerte prematura de sus padres, se traslada a vivir con unos familiares en el Ulster. En 1895 obtiene su primer destino diplomático en Lourenço Marques (Mozambique). Por entonces visita el Congo de los tiempos del déspota Stanley, lo que facilita su labor posterior, cuando en 1903 es enviado por su gobierno para informar sobre las atrocidades cometidas por los belgas de Leopoldo II. Posteriormente es destinado a Brasil y, desde allí, comisionado para investigar los crímenes del Putumayo amazónico. No obstante su ejemplar servicio a la Corona, es ejecutado en 1916 por alta traición por haber abrazado la causa irlandesa.