EL BUEN SALVAJE
Eduardo Caballero Calderón
La historia de un diletante escritor sudamericano que quiere escribir una novela en el París de Rayuela y de Martin Romaña. El sorprendente Premio Nadsal 1965 que recuperamos medio siglo después
En 1965 El buen salvaje ganaba el Premio Nadal por unanimidad del jurado. Se trataba de la novela de un autor colombiano que vivía en Madrid y que narraba la vida de un joven escritor sudamericano que intentaba sobrevivir y escribir una novela por los cafés de París. Si entonces la obra fue celebrada como una novela picaresca, moderna, literaria y decadente, que homenajeaba y parodiaba a Proust, Gide, Balzac, Victor Hugo o el mismo Dostoievski, andando los años se desveló como el antecedente de otras obras reseñables, como La vida exagerada de Martín Romaña, de Brice Echenique, o Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño; sin olvidar que el tiempo en que fue escrita coincidía con el de la Rayuela de Cortázar. El buen salvaje desapareció de las librerías españolas hace muchos años, y hoy es un título totalmente desconocido. Y sin embargo su lectura se hace más divertida, paródica y original que nunca. La historia de un joven becario que quiere escribir una obra maestra mientras se deja llevar por los bajos fondos de un París canalla y alegre. Y uno tiene la sensación de que este buen salvaje es el inicio de todo.
Eduardo Caballero Calderón nace en Bogotá, Colombia, el 6 de marzo de 1910. Inició estudios de derecho, que abandonó para dedicarse al periodismo. Simultáneamente, en aquellos años cuarenta, publicó ensayos y relatos. En 1946 es nombrado encargado de negocios de la embajada de su país en Madrid, donde frecuenta los ambientes literarios. De aquella época son Breviario de don Quijote y Ancha es Castilla. Dos años después regresa a Colombia y publica su primera novela, El Cristo de espaldas (1952), a la que seguirían siete más. De ellas Siervo sin tierra (1954), sería su consagración definitiva. Fue embajador de su país ante la UNESCO en París (1963-1966), donde escribió El buen salvaje (1965), que ganaría el Premio Nadal de ese año por unanimidad. Falleció en Bogotá el 3 de abril de 1993.