Mañana es el día siguiente
Mario Marín
Una crónica del mal en estado puro. Pero de un mal un poco a la ligera: Un hombre joven y ocioso, que practica el running por vicio y que atiende el huerto de un amigo, se empecina en una discusión con un vecino y transforma su vida, como quien cría palomas o colecciona sellos, en la de un sádico cruel. Pero es una historia tan inmoral que su desenlace provoca una sonrisa en el lector horrorizado.
Una crónica del mal en estado puro. Pero de un mal un poco a la ligera: Un hombre joven y ocioso, que practica el running por vicio y que atiende el huerto de un amigo, se empecina en una discusión con un vecino y transforma su vida, como quien cría palomas o colecciona sellos, en la de un sádico cruel. Pero es una historia tan inmoral que su malvado desenlace provoca una sonrisa en el lector horrorizado. Y sonreír ante el mal en estado puro no debe ser muy aconsejable. Aunque Stieg Larsson o Quentin Tarantino tengan tantos millones de seguidores.
Con una prosa que va matando moscas de manera certera, Mario Marín, recrea un paraje que nos trae aires del Santuario de Faulkner o del Tiempo de silencio de Martín Santos. Con esta obra se confirma que el asombro que su anterior novela, El color de las pulgas, causó a los editores, no fue casualidad.
Mario Marín (Huelva 1971) es Licenciado en Bellas artes por la Universidad de Sevilla, artista plástico transgresor, inquieto y curioso. El color de las pulgases su primera novela. Tanto en el arte como en la literatura, Mario plantea sus propuestas como escenarios estéticos y necesariamente desollados